Hola Emprendedor,
Soy Tomás Enríquez de Organizame y sé lo que es lidiar con estos temas. Por eso hago estos cursos: para darte el atajo que a mí me habría gustado tener. Hoy vamos a hablar de un tema clave para cualquier emprendedor: cómo contratar un contador que realmente te ayude a mantener tus finanzas en orden.
Si tienes una empresa o estás por abrir una, seguro ya te diste cuenta de que la contabilidad no es solo un detalle menor. Declaraciones, facturación, impuestos... todo esto puede convertirse en un dolor de cabeza si no lo manejas bien. Ahí es donde entra un contador, pero no cualquier contador: necesitas uno que realmente agregue valor a tu negocio.
Muchas personas creen que un contador solo está para llenar formularios y pagar impuestos, pero su papel va mucho más allá. Un buen contador te ayudará a optimizar tu carga tributaria, a evitar sanciones y a tener una visión clara de la salud financiera de tu negocio. Incluso puede asesorarte en decisiones estratégicas como la compra de activos, la contratación de empleados o la mejor forma de distribuir tus ingresos.
Cuando entrevistes a un contador, asegúrate de que te ofrezca al menos estos tres elementos fundamentales:
Atención personalizada: Debe estar disponible para resolver tus dudas y asesorarte de manera clara. Hoy en día, esto suele hacerse por videollamada o correo electrónico.
Conocimiento amplio: Debe estar capacitado en contabilidad, tributación y temas laborales. No sirve de mucho un contador que solo sepa hacer libros contables pero no pueda asesorarte en temas impositivos.
Responsabilidad en la contabilidad mensual: Un buen contador no solo registra números, sino que también supervisa y te ayuda a prevenir errores que podrían costarte caro.
Experiencia con empresas similares: No todos los contadores tienen experiencia en todos los rubros. Busca a alguien que haya trabajado con negocios similares al tuyo, ya que conocerá las particularidades de tu sector.
Transparencia en los costos: Un buen contador debe explicarte claramente cuánto te costará su servicio y qué incluye. Asegúrate de que no haya cobros ocultos o servicios adicionales inesperados.
Es importante entender que aunque contrates un contador, la responsabilidad sigue siendo tuya como dueño del negocio. Él te ayudará, pero no puede tomar decisiones por ti ni reemplazar por completo la gestión contable interna de tu empresa. Por ejemplo, tú sigues siendo responsable de facturar correctamente, hacer las compras con factura y comunicarte con él de manera eficiente.
No puedes llamarlo cada vez que tengas una duda sin organizar previamente la información.
Un buen método es establecer canales formales, como el correo electrónico, para mantener un registro claro de las consultas y respuestas.
Para que la relación con tu contador sea fluida y productiva, define un sistema de comunicación estructurado:
Los honorarios de un contador pueden variar, pero aquí tienes un ejemplo de costos comunes:
Esto significa que si solo contratas la contabilidad mensual, estarías pagando $571.200 al año. Si además tienes empleados y contratas liquidaciones de sueldo, la inversión aumentará. Es importante considerar estos gastos como una inversión en la salud financiera de tu empresa.
Contratar un buen contador no es solo encontrar a alguien que haga los libros contables, sino a un aliado que te ayude a cumplir con tus obligaciones sin sobresaltos. Pero recuerda, los procesos simples ordenan el negocio. Organiza la comunicación, establece un sistema claro y verás cómo tu empresa funciona de manera mucho más eficiente. ¡Si quieres aprender más sobre cómo optimizar la gestión de tu empresa, revisa nuestro curso!
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