El contexto actual se caracteriza por ofrecer a las organizaciones múltiples retos. Las transformaciones y los cambios que se están produciendo a todo nivel, marcarán un antes y un después en nuestro entorno y se verá la relevancia de diferentes competencias, tales como la capacidad de aprendizaje, la flexibilidad, la resiliencia, la creatividad y el pensamiento crítico, entre otras.
Para este gran desafío por el cual están pasando las empresas, hacerse las preguntas correctas se ha vuelto fundamental y a menudo determina el éxito de los nuevos productos o servicios que estén desarrollando.
En tiempos donde ya nada es constante, los negocios tienen que ver con cómo se predice el futuro. Son cambios culturales y desafíos tanto para los diseñadores como para las organizaciones, que tienen que buscar formas de cómo utilizar la innovación como un aliado al servicio de la transformación.
Una metodología que facilita la solución de problemas, de diseño, y desarrollo de productos o servicios es el Design Thinking. Este método es muy eficaz para conseguir ideas innovadoras que conquisten el mercado, siempre teniendo a las personas como el centro de atención.
Para Josefina Cox, publicista y Voluntaria Endeavor, “siempre es difícil darle estructura a un proceso creativo, ya que es algo subjetivo en esencia, pero existen muchas herramientas, una de ellas el design thinking, que buscan encausar las ideas ayudando a todos a ser creativos en su disciplina, sea cual sea”, asegura la Directora de Estrategia en FutureBrand.
Para ser unos buenos Pensadores de Diseño, se debe ser capaz de co-crear y no tener miedo a equivocarse, explotando las ideas para crear soluciones nuevas ya que definitivamente estamos en una era donde el diseño es muy relevante.
Algunos de los puntos clave a tener en consideración para hacer un buen Design Thinking son los siguientes:
“Hoy las cosas cambian más ágilmente, por lo tanto, revisar los procesos, servicios y experiencias es algo que se debe hacer habitualmente al interior de las empresas. Con esto no me refiero que deben cambiar el modelo de negocios constantemente, pero sí que deben revisar cómo están como marca para poder ir mejorando la experiencia que estás entregando”, comenta Josefina.
Cambiar el mundo es lo que se proponen las empresas que basan su estrategia en “hacer” las cosas de una forma diferente. Muchos emprendedores que basan sus negocios en la responsabilidad social son pensadores de diseño que han situado a la persona en el centro de su proyecto. Se debe tener en cuenta que para tener innovación más éxito, la clave está en los mecanismos de integración y la importancia de elegir una metodología acorde a la cultura que se tenga para darle consistencia y seguimiento a las formas como se desarrollan las nuevas cosas.