Soy Tomás Enríquez de Organizame y sé que la clave para optimizar un negocio no está solo en vender más, sino en controlar mejor los gastos. Muchas veces, estamos tan enfocados en aumentar las ventas que olvidamos que reducir gastos puede ser igual de poderoso. Hoy vamos a hablar de cómo registrar, clasificar, resumir y analizar tus gastos para tomar decisiones inteligentes.
Las ventas son fáciles de identificar: sabes qué producto se vende más, quién te compra y cuánto ganas. Pero, ¿has analizado a fondo tus gastos? ¡Aquí es donde puedes hacer la diferencia!
Los gastos representan una parte de la ecuación que está 100% bajo tu control. Mientras que las ventas dependen de factores externos como la demanda, la competencia o la publicidad, los gastos dependen exclusivamente de tus decisiones. Cada gasto que tomes hoy impacta tanto en el corto como en el largo plazo.
Si tus ventas aumentan pero tus gastos también lo hacen en la misma proporción, tu margen de ganancia seguirá siendo el mismo. La clave para mejorar la rentabilidad es hacer que tus gastos crezcan a un ritmo más lento que tus ingresos.
Por ejemplo, si un negocio aumenta sus ventas en un 20% pero sus gastos también aumentan en un 20%, la ganancia neta no cambia. Sin embargo, si logras mantener tus gastos controlados mientras incrementas tus ventas, el margen de ganancia será mayor.
El primer paso para optimizar tus finanzas es diferenciar entre gastos fijos y gastos variables.
Son aquellos que debes pagar mes a mes sin importar si vendiste mucho o poco. No dependen de la producción o el volumen de ventas. Algunos ejemplos:
Estos gastos son inamovibles, por lo que reducirlos es clave para mejorar la rentabilidad.
Son aquellos que aumentan o disminuyen según la producción o ventas del negocio. Ejemplos:
Estos gastos pueden optimizarse para mejorar el margen de ganancia.
Cada peso que ahorres en gastos fijos se traduce en ahorro mensual y anual. Piensa en esto:
Un emprendedor con una cafetería se dio cuenta de que su proveedor de café le cobraba un 15% más que otro proveedor de la misma calidad. Al hacer el cambio, redujo sus costos fijos en $100.000 mensuales, lo que se tradujo en $1.200.000 de ahorro anual.
A diferencia de los fijos, los gastos variables crecen con las ventas, pero puedes hacer ajustes para reducirlos:
Una tienda de ropa en línea renegoció con su empresa de envíos para obtener descuentos en volumen. Como resultado, logró reducir un 12% en costos de despacho, aumentando su margen de ganancia sin subir precios.
Para tomar decisiones inteligentes, sigue estos cuatro pasos:
Registra tus gastos: Lleva un control detallado de cada gasto. Usa herramientas como Excel o software contable.
Clasifica: Diferencia entre gastos fijos y variables. Esto te ayudará a saber cuáles son inamovibles y cuáles puedes ajustar.
Resume: Analiza tu estado financiero mensual. ¿Cuánto estás gastando en cada categoría?
Analiza y ajusta: Usa esta información para hacer ajustes y mejorar la rentabilidad de tu negocio.
Los gastos pueden hacer la diferencia entre un negocio que prospera y uno que sobrevive. Recuerda:
Ordena tu negocio con procesos simples y verás la diferencia. Si quieres aprender más sobre cómo gestionar tus finanzas de manera efectiva, revisa nuestro curso y lleva tu negocio al siguiente nivel.
Si deseas recibir más consejos prácticos y recursos exclusivos para optimizar tus finanzas y hacer crecer tu negocio de manera sólida, te invitamos a suscribirte a Valor Pyme. Únete a nuestra comunidad y accede a herramientas y contenido que te ayudarán a gestionar tus gastos de manera efectiva y a fortalecer la salud financiera de tu empresa.