Cómo los pequeños gastos están matando tu negocio
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Soy Tomás Enríquez de Organizame y sé que lidiar con los números de un negocio puede parecer una tarea pesada. Pero déjame decirte algo: entender cómo se mueve tu dinero es clave para hacer crecer tu empresa y evitar que se hunda sin que te des cuenta.
Hoy quiero hablarte de algo que muchos emprendedores pasan por alto: los pequeños gastos. Esos que parecen insignificantes, pero que, cuando los sumas, terminan siendo un agujero negro en tus finanzas. ¿Cómo dimensionarlos? ¿Cómo evitarlos? Vamos a verlo.
El problema de no ver los números en grande
Si te dijera que gastas $15.000 pesos en una suscripción mensual, probablemente no lo verías como un problema. Es un gasto pequeño, ¿cierto? Pero si te digo que en un año eso equivale a $180.000 pesos, y que si tienes dos suscripciones ya son $360.000 pesos anuales, la cosa cambia.
Esto pasa con todo. Compras pequeñas en la oficina, un café diario, un almuerzo de negocio aquí y allá, publicidad mal enfocada... Si los ves por separado, parecen irrelevantes, pero cuando los sumas, el impacto es enorme.
Ejemplo práctico: los gastos invisibles
Imagina que cada mes tienes los siguientes gastos:
- Suscripciones: $8.500 x 2 = $17.000
- Compras de oficina (lápices, libretas, etc.): $25.000
- Publicidad ineficiente: $85.000
- Descuentos no negociados con proveedores: $50.000
- Café diario (3.000 pesos por 25 días): $75.000
Ahora súmalo: $252.000 pesos al mes. Al año, son $3.024.000 pesos.
Tres millones de pesos que pudieron haber sido usados en comprar una máquina para mejorar tu producción, invertir en marketing estratégico, pagar un curso para mejorar tus habilidades o simplemente aumentar tus utilidades.
Está de más indicar que los montos que entregue, como ejemplo, son sumamente amigables en contraste con la realidad.
Pero la cosa no termina ahí. Si sumamos gastos innecesarios adicionales, como almuerzos fuera de la oficina, viáticos que podrían optimizarse, podría subir a $10 millones de pesos al año.
Cómo cortar estos gastos y hacer crecer tu negocio
Ahora que ves el impacto real de estos "pequeños gastos", vamos a lo importante: ¿qué puedes hacer para reducirlos?
1. Registra y clasifica cada gasto
Si no registras lo que gastas, es imposible mejorar. No necesitas un software carísimo; basta con una hoja de Excel o incluso un cuaderno. Divide tus gastos en tres categorías:
- Gastos fijos: Los que debes pagar sí o sí (arriendo, sueldos, servicios básicos).
- Gastos variables: Aquellos que dependen de tu producción (insumos, comisiones, transporte).
- Gastos innecesarios o prescindibles: Esos que podrías eliminar sin que tu negocio sufra.
2. Cuestiona cada gasto
Cada gasto debe justificar su existencia. Pregúntate:
- ¿Esta suscripción realmente me aporta valor?
- ¿Estoy pagando de más en proveedores? (Negociar descuentos del 5-10% puede hacer una gran diferencia).
- ¿Esta publicidad está generando ventas o solo es un gasto?
- ¿Necesito realmente gastar $75.000 pesos al mes en café?
3. Usa la regla 80/20
El 80% de los resultados en tu negocio vienen del 20% de las decisiones que tomas. Entonces, concéntrate en reducir ese 20% de gastos innecesarios que están drenando tu rentabilidad.
Ejemplo: si tienes un software de $200.000 pesos mensuales y apenas lo usas, cámbialo por uno más barato que cumpla con necesario.
4. Evalúa tu equipo y procesos
A veces, el problema no son los gastos, sino la forma en que operas. ¿Tienes personal que no aporta valor real? ¿Hay procesos innecesariamente largos que te cuestan dinero?
Si estás pagando un sueldo de $650.000 pesos al mes a alguien cuyo trabajo no es esencial, al año son $7.800.000 pesos que podrías reinvertir en algo más productivo.
El impacto real de estos cambios
Si aplicas estos ajustes, podrías ahorrar fácilmente entre $3 y $10 millones de pesos al año.
- Tres millones de pesos pueden financiar un nuevo producto.
- Cinco millones pueden ser el capital para expandir tu negocio.
- Diez millones pueden evitar que cierres en tiempos difíciles.
Lo mejor de todo es que este dinero ya está en tu negocio. No tienes que vender más para tenerlo, solo necesitas gestionarlo mejor.
Conclusión: La clave está en simplificar y tomar acción
Muchos negocios no quiebran por falta de ventas, sino por mala gestión del dinero. El éxito no está en cuánto facturas, sino en cuánto retienes y reinviertes inteligentemente.
Entonces, empieza hoy mismo: registra, clasifica, resume y toma acción.
No permitas que gastos pequeños maten tu negocio. La clave está en mantener procesos simples y optimizados.
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